SEGUIDORES

domingo, 24 de enero de 2010

Batallas De Guerra Corintia

I.- LA BATALLA DE HELIARTO

Esta Batalla se libró en el año 395 a. C. entre las ciudades griegas de Esparta y Tebas. Los tebanos derrotaron a las fuerzas espartanas, que intentaban apoderarse de la ciudad de Haliarto, causando la muerte del líder espartano Lisandro. La batalla marcó el inicio de la Guerra de Corinto, que continuaría hasta el 387 a. C.

Haliarto en Beocia


Antecedentes

En el 396 o 395 a. C., un embajador del sátrapa persa Farnabazo II, Timócrates de Rodas, llegó a Grecia. Allí, prometió financiación y apoyo a los principales estados de Grecia en caso de que declararan la guerra a Esparta.

Las agresivas acciones unilaterales de Esparta habían encolerizado a muchos de sus aliados, y la perspectiva de apoyo persa fue suficiente para inducir a un número de estados y, en particular a Tebas, para declarar la guerra a Esparta.

Tebas

En lugar de emprender inmediatamente operaciones ofensivas, los tebanos optaron por precipitar una guerra indirectamente. Por lo tanto, persuadieron a los locrios de que lanzaran una incursión contra Fócida, un aliado de Esparta.

Hoplita Locrio

Hoplita de Focea

Tebas, como aliada de Lócrida, estaba obligado a ayudarla en el conflicto comenzado así la guerra.

Hoplitas Tebanos

Fócida, por su parte, hizo un llamamiento a su aliado, Esparta. Los espartanos, viendo la posibilidad de castigar a los cada vez más inquietos tebanos, decidieron lanzar una gran campaña contra Tebas.

Hoplitas Espartanos

 Hippies Espartanos

Mientras tanto, los tebanos enviaron emisarios solicitando ayuda a Atenas, tras lo que se formó una alianza perpetua entre atenienses y beocios.]

La Batalla

La estrategia espartana para la campaña consistía en que dos ejércitos:

a)    Uno bajo el mando de Pausanias, compuesto por tropas espartanas y aliados peloponesios.

Pausanias

b)    Otro bajo el mando de Lisandro, compuesto por focios y otros aliados del noroeste de Grecia.
Lisandro

La idea era que ambos ejercitos se reunieran y lanzaran un ataque coordinado sobre la ciudad de Haliarto.


Pausanias, sin embargo, se retrasó durante varios días en el Peloponeso, mientras que Lisandro llegó a Haliarto con su fuerza, con Pausanias a varios días de distancia.

Lisandro No Espera a Pausanias

Poco dispuesto a esperar la llegada de Pausanias, Lisandro y su ejército marcharon hacia las murallas de Haliarto.

Inicialmente, intenta de tomar la ciudad por subversión, pero ello no funcionó; entonces, se lanzó un asalto por las murallas. Sin embargo, una considerable fuerza tebana se encontraba cerca, tal vez sin conocimiento de Lisandro. Esta fuerza se apresuró a la asistencia de los defensores de la ciudad.

Fuerza Hoplita Tebana

En la acalorada lucha bajo los muros de Haliarto, las fuerzas de Lisandro se desviaron y él mismo fue asesinado.

Los tebanos persiguieron a las tropas derrotadas demasiado lejos, y cuando entraron en terreno accidentado y empinado, los soldados que huían se dieron la vuelta y produjeron fuertes pérdidas a los tebanos.

Este revés desalentó brevemente a los tebanos, pero al día siguiente, el ejército de Lisandro se disolvió y cada contingente regresó a su país de origen.

Consecuencias

Varios días después de la batalla, Pausanias llegó con su ejército a Haliarto.

Deseoso de recuperar los cuerpos de Lisandro y otros muertos en la batalla, pidió una tregua, a lo que los tebanos aceptaron con la condición de que los espartanos abandonaran Beocia.

De acuerdo con esta condición, Pausanias recogió los muertos y regresó a Esparta. A su regreso, la facción de Lisandro le llevó a juicio por llegar tarde y no atacar cuando llegó, a lo que que Pausanias, reconociendo que iba a ser condenado y ejecutado, se exilió.

El exilio de Pausanias, junto con la muerte de Lisandro, eliminó de la escena a dos de los tres principales actores en la escena política espartana, dejando sólo a Agesilao, que dictaría la política espartana para los próximos años.

Agesilao



II.- LA BATALLA DE NEMEA

La Batalla de Nemea (394 a. C.) fue una batalla de la Guerra de Corinto entre Esparta y las ciudades aliadas de Argos, Atenas, Corinto y Tebas. La batalla transcurrió en territorio corintio, en el lecho seco del río Nemea.


Nemea

La batalla fue una victoria espartana decisiva que, junto con la Batalla de Coronea de ese mismo año sirvió para dar a Esparta la ventaja en los primeros combates en el territorio de la península griega.
  
Preludio

Las hostilidades de la Guerra de Corinto comenzaron en 395 a. C. con saqueos en el noroeste de Grecia, que eventualmente llevaron a un choque entre Esparta y Tebas en la Batalla de Haliarto, que acabó en victoria tebana.

Tras esta batalla Atenas, Tebas, Corinto y Argos se unieron para formar una alianza contra Esparta, con sus fuerzas dirigidas por un consejo en Corinto.

En 394 a. C., el consejo reunió sus fuerzas en Corinto. Un ejército espartano comandado por Aristodemo, el guardián del rey niño Agesipolis I, fue enviado al norte desde Esparta para enfrentarse a los aliados.

El ejército aliado, mientras tanto, esperaba en Corinto, mientras que el consejo debatía sobre quién debería estar al mando. Antes de que se llegase a una decisión, el ejército espartano llegó a su territorio, quemando y saqueando todo lo que se encontraba a su paso.

Los aliados salieron al encuentro de los espartanos, y los dos ejércitos se encontraron cerca del lecho seco del río Nemea.

Tebanos

Atenienses

Argivos

Corintios

Espartanos


La batalla

El ejército espartano estaba compuesto por entre unos 18.000 y 19.000 hoplitas, más una serie de tropas ligeras asociadas.

De los hoplitas, 6.000 eran espartanos, y los restantes procedían de otros estados de la Liga del Peloponeso.

En el bando aliado había unos 24.000 hoplitas, más las tropas ligeras asociadas. Tebas, Atenas y Argos aportaban cada una alrededor de un cuarto de las tropas.

Los espartanos y sus aliados se alinearon para la batalla con los espartanos a la derecha y los aliados a la izquierda.

La coalición no tenía muy claro cómo colocarse: los atenienses querían alinearse a la derecha, pero al final accedieron a las demandas de los beocios de tomar el lado izquierdo, mientras que ellos se irían a la derecha.

Beocios

Esto significa que los atenienses se enfrentarían con los espartanos, y los demás aliados se enfrentarían a los aliados de Esparta.

A medida que las dos falanges se acercaban, ambas se desplazaron a la derecha (esto era algo muy común en las batallas de hoplitas, debido a que llevaban el escudo en el brazo izquierdo, por lo que los hombres se movían hacia la derecha para conseguir la protección del escudo del soldado a su lado a la vez que la del suyo propio).

Este deplazamiento suponía que cuando se encontraron los ejércitos, ambos sobrepasaban al flanco izquierdo de su enemigo. Consecuentemente, el flanco derecho de ambos ejércitos resultó victorioso, mientras que los flancos izquierdos fueron derrotados.

Los espartanos, una vez derrotaron a los atenienses, se giraron para enfrentarse a los soldados del ala derecha de los aliados, que estaban persiguiendo a los aliados espartanos.

La falange espartana alcanzó primero a los argivos, luego a los corintos, y finalmente a los beocios, inflingiendo graves pérdidas a todos ellos.

Al terminar la batalla los espartanos habían causado 2.800 bajas, mientras que habían sufrido sólo 1.100.

Eventos posteriores

Aunque los espartanos controlaron el combate en campo abierto, no fueron capaces de atravesar hasta Corinto y llegar a la Grecia central. Por ello decidieron volver a Esparta.

El ejército aliado, tras una serie de meses de inactividad, volvió a enfrentarse a Esparta en Coronea, más tarde ese mismo año.

Estas dos batallas supusieron las únicas batallas a gran escala en tierra que se llevarían a cabo en la guerra, que duró hasta el 386 a. C.

III.- LA BATALLA DE CORONEA

La Batalla de Coronea de 394 a. C. fue una batalla de la Guerra de Corinto en la que se enfrentaron Esparta y sus aliados, comandados por el rey espartano Agesilao II, contra una fuerza de tebanos y argivos que intentaban bloquear su marcha hacia el Peloponeso. La batalla terminó en victoria espartana.

Preludio

La Guerra de Corinto comenzó en 395 a. C. cuando Tebas, Argos, Corinto y Atenas, junto con el apoyo y la financiación de Persia, se unieron para oponerse a la intervención de Esparta en Lócrida y Fócida.

Al comienzo de la guerra, Agesilao se encontraba en Jonia, en campaña contra los persas. 


Agesilao II


Cuando comenzaron las hostilidades, fue llamado de nuevo a Esparta, y comenzó una marcha tierra adentro a través de Tracia y la Grecia central hacia el Peloponeso.


Al entrar en Beocia se encontró con la oposición de una fuerza compuesta principalmente por tebanos, sus aliados beocios y argivos.

Tebanos

Beocios

Argivos

Las fuerzas de Agesilao estaban compuestas de un regimiento y medio de espartiatas, aumentados con la fuerza de los hilotas liberados, y una fuerza considerables de tropas aliadas del Peloponeso y de Jonia.




Hoplita Jonio

Enfrente se encontró, cerca del monte Helicón, un ejército formado por beocios, atenienses, argivos, corintios, eubeos y locrios. 

Monte Helicón

Atenienses

Beocios

Argivos
Corintiios

Euboeos

Locrios

En total, los aliados podrían tener unos 20.000 hoplitas, mientras que Agesilao podía contar con unos 15.000.

Las fuerzas de caballería de ambos bandos serían parecidas, pero Agesilao tenía sustancialmente más peltastas.

Caballería Espartana

Atenienses

 Peltasta Hilota Javalina

Peltasta Espartano

Antes de la batalla, algunos de los miembros del ejército de Agesilao se encontraban preocupados por un presagio del que habían sido testigos unos días antes, cuando el sol apareció en forma creciente.

Para darles seguridad, Agesilao primero les recordó la reciente victoria espartana en Nemea y luego les dijo que el navarca espartano Pisandro había muerto en una victoria contra la flota persa. De hecho, Agesilao sabía que había muerto en una aplastante derrota en la Batalla de Cnidos, aunque su mentira sirvió para aumentar la moral de sus tropas antes de la batalla.

La derrota de Nemea, por otra parte, pesaba en los argivos y corintios.

Los atenienses tampoco tenían la moral muy alta debido a:

a)    Que estaban demasiado familiarizados con los altibajos de su anterior larga y desastrosa guerra contra Esparta en la Guerra del Peloponeso.

b)    La facilidad persa de cambiar de bando según sus intereses.

Sólo los beocios parecían estar confiados en conseguir la victoria.

La Batalla

A medida que los ejércitos se aproximaban, Agesilao comandaba él mismo el extremo derecho del ejército, formado por los espartanos.

A su lado se encontraban los veteranos de los Diez Mil, luego los griegos de Asia Menor, luego los focidios y los orcomenios en el extremo izquierdo.

Los tebanos se enfrentaron a los orcomenios y los argivos a los espartanos.

Tebanos

Argivos

Ambos ejércitos avanzaron en silencio total. A unas 200 yardas de distancia, los tebanos gritaron su grito de guerra y se lanzaron en una carga.

A unas 100 yardas los veteranos de los Diez Mil, comandados por Herípidas, y los griegos asiáticos cargaron contra las tropas que tenían enfrente y pronto envolvieron a sus enemigos.

Entre los argivos cundió el pánico antes de que los espartanos comandados por Agesilao pudieran siquiera llegar a ellos. Huyeron hacia el monte.

Los mercenarios cercanos a Agesilao asumieron que la batalla había acabado e incluso ofrecieron una condecoración al rey para conmemorar su victoria.

Mercenarios 

Justo entonces llegaron noticias del otro flanco:

Los tebanos habían roto las filas de los orcomenios y estaban encima de los carruajes con los suministros, arramblando con el botín que traían de Asia.

Tebanos

Hoplita Orcomenio (Beocia)

Etnias de Beocia (Agrandar)

Nada más enterarse, Agesilao hizo girar su falange inmediatamente y se dirigió contra ellos, momento en el que los tebanos se dieron cuenta de que sus aliados habían huido.

Formaron con la idea desesperada de romper las filas de Agesilao para unirse en el monte con el resto del ejército.

Agesilao decidió poner su falange directamente en su camino en lugar de intentar alcanzarles por detrás o por el flanco, posiblemente influido por su animosidad contra los tebanos, y lo que ocurrió fue uno de los peores baños de sangre de la historia de las batallas de hoplitas. 

Jenofonte lo describió:



"Escudo apretado contra escudo luchaban, mataban y morían a cambio". Al final unos pocos tebanos lograron llegar hasta el monte pero, en palabras de Jenofonte, "muchos otros murieron en el camino".

Eventos posteriores

Agesilao fue herido en la batalla y tuvo que ser llevado de vuelta a la falange.

Ahí llegó la caballería y le informó de que unos 80 hombres se habían refugiado en un templo cercano. 

Caballería Espartana

Agesilao ordenó que fueran perdonados y que se les permitiera ir a dónde quisieran.

La mañana siguiente, Agesilao ordenó al polemarca Gilis que hiciese formar el ejército y repartió condecoraciones al valor.

Recibió a una delegación tebana y les permitió recoger a sus muertos.

El ejército luego se retiró a Fócida y a la Lócrida, en dónde el polemarca Gilis murió.

Según Diodoro Sículo, murieron más de 600 beocios y sus aliados, y los espartanos perdieron 350 hombres.

CONTINUAR



No hay comentarios:

Publicar un comentario